Una fiesta, un final trágico y una orden: hacer desaparecer el cuerpo. Esta es la posibilidad de que en este momento maneja el fiscal Diego López Ávila, el hombre que investiga el asesinato de Paulina Lebbos, cuyo cuerpo apareció a la vera de la ruta 341, en Raco en marzo de 2006. Y la hipótesis sobre la que ahora está centrado el representante del Ministerio Público es lo que, según algunas versiones, puede hacer sucedido en El Cadillal.
Ayer, Alberto Lebbos, el padre de la víctima, se presentó en la fiscalía y apuntó contra los hijos del Poder. Para ser más preciso, precisó que sus sospechas se centraban en uno de los hijos del gobernador José Alperovich y uno de los hijos del ex gendarme y actual asesor del gobierno, Alberto Kaleñuk. Luego de la presentación de Lebbos, Gabriel Alperovich y Sergio Kaleñuk, mediante sus abogados, presentaron sendos escritos en tribunales, poniéndose a disposición de la Justicia.
La hipótesis sobre la cual Lebbos quiere que el fiscal haga foco indica que Paulina se encontró con dos de "los hijos del poder" en un boliche del Abasto y desde allí fueron a una casa ubicada en la zona de El Cadillal o de las inmediaciones de Raco. Allí (aún no se sabe si en forma accidental o provocada) murió. Las autopsias hablan de lesiones en la zona del cuello. Para Lebbos, la estrangularon.
Luego de advertir que Paulina estaba muerta, siempre según la versión que maneja el fiscal López Ávila, se pusieron los homicidas se pusieron en contacto con un hombre conocido como "El Gordo", a quién le ordenaron que se deshaga del cuerpo. Ese hombre -que sería un conocido barrabrava de la provincia- fue aprehendido anoche por fuerzas federales y hoy será presentado en Tribunales.
Los rumores indican que el cuerpo de Paulina estuvo varias horas en un freezer y luego lo llevaron hasta la ruta 341, donde lo tiraron en un zanjón, a la vera de la ruta. Allí lo encontraron varios días después dos lugareños.
Según advirtió el mismo fiscal, esta es una de las ocho hipótesis que figuran en la causa, de la cual se desprendió hace un mes el fiscal Carlos Albaca, quien la tuvo a su cargo casi siete años luego de que se inhibiera el fiscal Alejandro Noguera, quien se excusó de seguir investigando cuando se supo que se había reunido con el gobernador Alperovich en su casa.
No se descarta que en las próximas horas López Ávila, luego de escuchar al "Gordo" ordene nuevos allanamientos. Pero también se sabe que la investigación no será fácil, ni mucho menos rápida.